sábado, 12 de noviembre de 2011

RECUERDOS QUE HACEN DAÑO


La memoria es una facultad humana dada por Dios, que le permite al hombre recopilar gran cantidad de información  desde su nacimiento  y utilizarla de diferentes formas, es por ello que El Señor en su palabra le pide al pueblo de Israel que guarde en su memoria las victorias y hechos poderosos que ellos han alcanzado por su ayuda, para luego recordarlos y transmitirlos a sus próximas generaciones, Dt 4:9. Sin embargo, aunque Dios siempre ha querido que guardemos los buenos recuerdos, la mente insiste poderosamente en guardar aquellos que tienen significado de dolor y que de alguna u otra manera ha marcado nuestra vida por su valor emocional.
Aquellos momentos y circunstancias  quedan grabados  en nuestra mente y forman huellas que son llamados recuerdos. Todos tenemos en nuestro almacén recuerdos buenos, tristes, alegres o  traumáticos; algunos de ellos, especialmente los difíciles, se olvidan  o se  pierden en la maraña de  lo profundo de nuestra mente, otros permanecen flotando  como el iceberg, solo se ve una parte, pero su fondo es grande y difícil de  romper.
En este artículo, quiero hablarles de la importancia de enfrentar nuestros recuerdos con la ayuda de Dios, ya que en muchas ocasiones aquellos recuerdos iceberg, nos hacen daño de tal manera que afectan nuestra vida personal, familiar y de pareja.
Investigaciones sobre la memoria, el recuerdo y el olvido nos indican que el ser humano posee amplias capacidades para aprender,  guardar y utilizar la información que recibe. Es tan importante  este proceso, que  algunos de ellos afectan nuestro   carácter y desarrollan en nosotros rasgos de personalidad como  la  inseguridad, la agresividad, los vacios emocionales causantes de la depresión  y las  tendencias a la soledad y el abandono.
La Biblia nos relata en el 2 libro de Samuel, Capitulo 9 la historia de un hombre lisiado de los  pies que tenia recuerdos  muy dolorosos   y los reflejaba en el pensamiento que tenia de sí mismo. Cuando el rey David  lo llama a restituirle   Mefi-boset le contesta: “¿quién es tu siervo para que mires a un perro muerto como yo?”.V.8 ¿Porque   sería que Mefi–boset  se consideraba de tal manera? Si leemos en el capítulo  4, verso 4 del mismo libro  encontramos un niño que ha sido golpeado, quitado de su familia, y dejado al cuidado de una familia de criados. Cuando se encuentra con el Rey, Mefi-boset se cree indigno y muy seguramente su actuar refleja  lo que su propia historia cuenta de él.
¿Cuántas veces ocurre lo mismo en nosotros? Dios ha querido entregarnos grandes riquezas y privilegios espirituales, pero su obra encuentra un obstáculo. Nuestros recuerdos y formas de pensar que se convierten en grandes barreras. No olvides que la palabra de Dios nos dice: Pro 23:7  Porque cual es su pensamiento en su corazón,  tal es él. Así como pensamos así actuamos. Si nuestra mente está llena de tristeza y  derrota, nuestra actuar será de la misma manera.

Analiza a continuación  los recuerdos y el daño que causan en la mente :
Recuerdos de Abuso y Vergüenza                                          Se afecta el optimismo y la confianza
Recuerdos de maltrato y la manipulación                            Se afecta la felicidad y el entusiasmo
Recuerdos de rechazo                                                                Baja autoestima, afecto dañino
Recuerdos de Falta de atención                                              Desconfianza, inseguridad
Recuerdos de modelos inadecuados de disciplina           Irascibilidad, mal genio, perfeccionismo
Entrar en el proceso de aceptar que Cristo  quiere darnos vida y vida en abundancia,   significa encontrarnos con aquello que nos quiere entorpecer esa vida. Es decir, aunque tu no los identifiques, los recuerdos si te afectan, y no quiere decir que no existan. Analiza!! Ciertos comportamientos son solo la punta del iceberg, muchas personas conociendo a Cristo  aun sufren por su irritabilidad (ira), por su aflicción (depresión), por su ansiedad (tensión), problemas que las llevan lentamente  a  crisis emocionales que desembocan en problemas  tanto de salud física como de salud espiritual, tales como la duda, los pecados ocultos, la raíz de amargura  y la falta de perdón.
Recuerda querido hermano y amigo que Jesús vino a darnos vida nueva, él nos ha  hecho nuevas criaturas y no quiere que tú sigas viviendo con aquellos recuerdos. Jesús te hace verdaderamente libre, para que disfrutes del gozo  y la paz que el ofrece.
A continuación encontraras algunas recomendaciones para vencer los recuerdos y pensamientos dañinos
·        En oración  analiza tus actitudes y pídele al Señor que te enseñe a la luz de su palabra que parte de tu vida afecto cada uno de ellos. Santiago 5: 15
·        Acepta que Jesucristo quiere obrar en todas las áreas de tu vida, aun en las cuales crees que nadie puede cambiar o sobre  las cuales consideras que tus padres y abuelos te heredaron.
·        Ejercita tu mente en pensamientos que te edifiquen. Filipenses 4:8 te puede ayudar para mejorar tu forma de pensar.
·        Reemplaza las ideas dañinas que tenías por nuevos pensamientos: selecciona versículos de la palabra que te alienten y te den fortaleza emocional y espiritual. Puedes hacerlo de forma escrita. Ubícalos cerca al lugar donde permaneces el mayor tiempo del día.
Animo hermano, tu vida en Cristo si es diferente. Experimenta su poder transformador.